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[Artículo técnico] El BESS como pilar fundamental de los datacenters: Resiliencia 24/7

BESS datacenters centros de datos

 

La infraestructura digital española, impulsada por los centros de datos (datacenters), exige una disponibilidad de energía continua. En el sector comercial e industrial, el BESS no solo ofrece una optimización del autoconsumo o arbitraje de precios, sino que se posiciona como el elemento clave para la seguridad operativa de las instalaciones, asumiendo funciones SAI de larga duración y alta eficiencia para cumplir con los estándares de resiliencia más exigentes.

Alexandre Morant, responsable de producto Energías Renovables en Vector Energy
Artículo publicado en el número 250 de la revista Energética21

 

 

  1. La transformación del concepto de resiliencia en instalaciones de misión crítica

El datacenter representa el paradigma del consumo energético con la mayor exigencia de fiabilidad en el segmento C&I. La inversión en estos centros es directamente proporcional a su clasificación según su nivel de disponibilidad y redundancia (Tier), con cuatro niveles incrementales según el estándar ANSI/TIA-942. El nivel más alto (Tier IV) implica una tolerancia a fallos total, garantizando una disponibilidad superior a 99.995%. Para alcanzar estos niveles, la redundancia en el suministro es vital.

Tradicionalmente, esta redundancia se lograba mediante sistemas SAI (Sistema de alimentación ininterrumpida), cuya función es la de de proteger el suministro a corto plazo, respaldados generalmente por grandes grupos electrógenos diésel. Sin embargo, esta arquitectura presenta inconvenientes, entre los cuales está la corta duración del respaldo y la huella de carbono del diésel. Aquí es donde el BESS se impone como un proveedor de resiliencia sostenible.

El BESS es inherentemente un sistema bidireccional que, además de ofrecer una autonomía de respaldo (o back-up) de media a larga duración y eliminar o reducir el uso de grupos electrógenos, está diseñado para integrarse con la red eléctrica y la generación renovable mediante un sistema de gestión de energía (EMS) avanzado. Esto permite, más allá de solventar los inconvenientes de los sistemas SAI, la optimización económica del sistema mediante el uso de modos de trabajo como el peak-shaving o el arbitraje.

  1. Requisitos técnicos del inversor BESS para datacenters

El componente más crítico del BESS para este tipo de aplicación no es principalmente la capacidad de la batería, sino el inversor bidireccional de potencia (PCS) y el sistema de gestión de energía:

  • Seamless transfer: La conmutación entre el suministro de la red eléctrica y la alimentación del BESS en caso de que la primera falle debe ser sub-milisegundo dado que los equipos de TI de misión crítica no toleran interrupciones. La interrupción del suministro, incluso por unos pocos milisegundos, puede provocar el reinicio o fallo del equipo. Por ello, el estándar de la industria exige sistemas que operen con cero tiempo de transferencia.
  • Grid Forming y calidad de Energía: Más allá de la conmutación, el inversor debe tener capacidad de generación de red (Grid-Forming), es decir, debe ser capaz de detectar la anomalía de red y crear una referencia de tensión y frecuencia robusta para alimentar las cargas críticas. Además de esta capacidad de generación de red, se debe garantizar la calidad mediante la limitación de la distorsión armónica total (THD) a valores inferiores habitualmente inferiores al 3% durante la operación en modo isla. De esta manera se asegura la protección de la delicada electrónica de los servidores frente a armónicos y microfluctiaciones. Esto es crucial, ya que los equipos de TI y servidores son extremadamente sensibles a perturbaciones de onda, que pueden provocar fallos de hardware y una operación ineficiente.
  • Doble mando operativo: El sistema de gestión de energía (EMS) debe gestionar el BESS bajo un marco muy estricto de prioridades que equilibra la seguridad y la optimización económica. Como prioridad uno, se encuentra la seguridad y respaldo, manteniendo el SOC mínimo de reserva para el peor escenario de corte de suministro de la red eléctrica. Como prioridad dos, la optimización económica, utilizando la capacidad restante para operar en modo autoconsumo, peak-shaving o arbitraje.

 

  1. La integración con el autoconsumo FV, peak-shaving y arbitraje

La necesidad primordial de los datacenters es la disponibilidad energética ininterrumpida (resiliencia). Precisamente, es la naturaleza dual del BESS lo que lo convierte en un activo estratégico: mientras la red está activa, el sistema opera con un mandato de gestión económica para acelerar la amortización. La integración con la generación FV, la reducción de costes mediante arbitraje energético (aprovechando la discriminación horaria) y el peak-shaving para optimizar la potencia contratada son aplicaciones esenciales que permiten extraer el máximo rendimiento económico de la inversión.

  • Habilitación de infraestructura (peak shaving): El peak shaving es vital para la viabilidad de la infraestructura. La alta demanda de potencia de un datacenter a menudo exige una costosa y demorada ampliación de la red eléctrica. El BESS se dimensiona para operar en modo limitador, cubriendo con la energía almacenada los picos de potencia que superen el umbral de conexión disponible. Esto habilita la construcción del proyecto, resolviendo el cuello de botella de la infraestructura y reduciendo drásticamente la inversión inicial (CAPEX).
  • Arbitraje, autoconsumo y ROI: En el marco tarifario español con discriminación horaria, el BESS permite el arbitraje de precios (cargando en horas valle y descargando en horas punta). La integración con la FV maximiza el factor de autoconsumo directo y permite el cumplimiento de los objetivos de PPA (Power Purchase Agreement) internos al asegurar la disponibilidad de energía renovable incluso en las horas sin sol. El análisis de Retorno de la Inversión (ROI) debe incluir el ahorro por peak shaving y arbitraje, lo que acelera la amortización del BESS.
  • Futura monetización: Servicios de Flexibilidad (Regulación de Frecuencia): El rendimiento de respuesta ultra-rápida del BESS no solo sirve para el back-up, sino para la participación en los servicios de ajuste de la red eléctrica (REE). La figura del Agregador de Recursos Distribuidos (DER) está avanzando en España, permitiendo que activos como el BESS del sector C&I ofrezcan servicios de regulación de frecuencia, tensión o factor de potencia. Este servicio crea una nueva vía de ingresos por disponibilidad para una instalación como el datacenter, posicionando la alta especificación del BESS como una inversión en infraestructura rentable a largo plazo.

 

  1. Seguridad y gestión térmica

En una aplicación de misión crítica como es el caso de los datacenters la seguridad y la gestión térmica adquieren una importancia máxima. Un fallo del equipo BESS representa una interrupción del back-up y, por tanto, un riesgo directo de pérdida de datos o de continuidad operativa. Este riesgo debe ser minimizado a toda costa, con un diseño que debe priorizar la monitorización constante de las celdas y la implementación de sistemas de extinción y detección de gases especializados.

  • Sistema de gestión de baterías (BMS): Monitoriza la tensión, corriente y temperatura de cada celda y módulo. Ante cualquier desviación fuera de los umbrales de seguridad el BMS inicia protocolos de parada y aislamiento del origen del problema, asegurando la integridad del sistema y la continuidad en el funcionamiento. Esta capacidad de diagnóstico predictivo es vital para la mitigación de riesgos de fallo.
  • Sistema de gestión térmica (TMS): El objetivo del sistema de gestión térmica es refrigerar el BESS, ya sea mediante refrigeración líquida o a base de aire forzado, para mantener la temperatura siempre en el rengo de operación. Las desviaciones fuera de este rango reducen drásticamente la vida útil de las celdas y, en casos extremos, puede provocar fuga térmica.
  • Mitigación de riesgos: El diseño y la instalación del BESS deben cumplir con normativas de seguridad industrial específica (ej. NFPA 855) que rigen la separación entre racks, los sistemas de ventilación de emergencia o los sistemas de detección de gases de fuga térmica y extinción de incendios. Estos requisitos no son negociables para proteger el activo más valioso de un datacenter: la continuidad y la integridad de los datos.
  • Ciberseguridad: El BESS es un activo crítico de la red de Tecnología Operacional (OT) del datacenter. Si bien la Directiva europea NIS2 (cuyo objetivo es asegurar la ciberseguridad) se aplica directamente al datacenter como entidad esencial, esta normativa impone indirectamente requisitos de diseño sobre sus infraestructuras de soporte energético. Es vital que el BESS y su Sistema de Gestión de Energía (EMS) cuenten con protocolos robustos (ej., cifrado de comunicaciones, autenticación, segmentación de red) para prevenir ciberataques que comprometan la disponibilidad de la energía o la seguridad del datacenter.

En conclusión, el BESS ha trascendido su rol inicial como sistema de almacenamiento de energía para convertirse en un activo estratégico en el segmento C&I. Su capacidad para abastecer cargas críticas, resolver cuellos de botella de infraestructura de red y generar ahorro adicional lo convierten en un actor clave en la operación de datacenters y en la flexibilidad del sistema eléctrico en general.

 

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